Las ciruelas, si están verdes, a menos que se vean en los árboles, son signos de malestar personal y relativo.
Verlas maduras, denota ocasiones alegres, que, sin embargo, serán de corta duración.
Comerlas, denota que se dedicará a coqueteos y otros placeres evanescentes.
Recolectarlos significa que obtendrás tus deseos, pero no serán tan sólidos como habías imaginado.
Si te ves recogiéndolos del suelo y encuentras algunos podridos entre los buenos, te verás obligado a admitir que tus expectativas no se han cumplido y que no hay vida llena sólo de placer.